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Debe haber sitio para todos los usos y todas las personas, sin duda, hablaremos del diseño capaz de establecer equilibrios entre los elementos urbanos y transitar desde la calle básica segura, a la cómoda y, por qué no, a la calle atractiva. El webinar contará con la participación de arquitectos y paisajistas activos en España y el extranjero cuyo interés personal y experiencia profesional sobre la calle, la plaza y el espacio público urbano nos adentrará en la discusión de su diseño, las premisas e ideas capaces de recuperarlo, y el relato personal que contribuirá a la difusión y comprensión más amplia de los problemas actuales.

El seminario web contará con presentaciones de las partes interesadas y debate colectivo; tendrá una duración de 90 minutos y es un evento abierto en Live Streaming (https://thefuturedesignofstreets.eu/).

Lugar: SALA DE PROYECCIONES de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura , Universidad Politécnica de Valencia, Camino de vera, 14 46071 València.

Las calles de València

La ciudad de València sabe esperar, las personas que la caminan a diario, son conscientes de la enorme distancia que persiste entre la realidad cotidiana y la ciudad que merecen. Afortunada en su tamaño, puedes recorrer a pie su centro histórico en 12 minutos, salir a la huerta que la rodea en 30 minutos o a la playa en 45 minutos. Sus habitantes lograron recuperar el lecho del río Túria -destinado en los 60 a autopista urbana- convertido hoy un parque lineal de más de 9km ininterrumpidos, pero perdieron la calle.

La ciudad es un circuito urbano, donde el caminar continúa siendo una actividad necesaria pero las condiciones para hacerlo desalentadoras. Sus calles se especializaron en distribuir vehículos y estacionarlos, donde el ancho de la acera es el resto de serie y las plazas son sistemáticamente olvidadas, destinadas a cruces funcionales o espacios donde aparcar. Como en una sopa de fideos los tramos de calles peatonales carecen de continuidad entre ellos, ilustrando su baja relevancia en el impulso al caminar. Falla el diseño urbano, ante un lienzo perfecto – una ciudad plana, de clima mediterráneo, distancias caminables, trama urbana diversa dotada de arterias, y con alta densidad de usos- sorprende así la ausencia de cuidado y atención ante las necesidades del caminar. Hace ya 10 años que el Plan de Movilidad Urbana Sostenible dibujó unos ejes de prioridad peatonal, de los que nada se sabe.

No existe coordinación de las diferentes áreas responsables del espacio público en los niveles técnico y político. Todavía se simplifican o ignoran aspectos básicos del diseño urbano como el ancho adecuado de los itinerarios peatonales, su continuidad, sus cruces seguros y directos, una semaforización adecuada, el imprescindible arbolado de sombra, bancos y fuentes, una pavimentación adecuada, el control y la regulación normativa del espacio para caminar o permanecer. Claro que hay casos excepcionales áreas y actuaciones recientes como la recuperación de plazas emblemáticas y otros proyectos en marcha, sin duda las evidencias conocidas de experiencias en otras ciudades similares animan a actuar.

Proponemos centrar nuestra atención en la calle, y en la plaza, como elementos básicos soporte de la vida cotidiana de las personas que viven en la ciudad, junto a lo que ocurre alrededor. Nos interesa la normalidad, la calle desconocida, en cualquier barrio, no así las actuaciones para el disfrute esporádico, y sí nos interesa la fricción frecuente de quienes caminan para acompañar a sus hijos al colegio, al centro de salud, a la biblioteca, quienes a diario se desplazan a trabajar caminando, quienes visitan a familiares y amigos en hospitales, o acuden a rehabilitación. Aquellas personas que requieren de asistencia para moverse por la ciudad, las que con el bastón trazan un zig zag que les permita asegurar sus pasos, las que conversan con su acompañante buscando un banco o un lugar a la sombra donde detenerse a matizar sus puntos de vista. Todas las personas que a diario resuelven la compra en los comercios y supermercados de proximidad, ayudadas por un carro.

Nos interesan especialmente aquellas personas que decidieron seguir usando la calle, a pesar de la yincana diaria a la que se enfrentan, por cuanto apoyan sin duda alguna, la oportunidad actual para recuperarla, y nos interesan las claves del diseño urbano que pueden recuperar el espacio público de la ciudad, el cual, si no resulta caminable, no es espacio público. El paisaje urbano está en juego; ¿podemos jugar en la calle? ¿leer un libro? ¿esperar a alguien? ¿ver pasar a otras personas? ¿tomar un refresco? ¿beber agua? ¿cómo? ¿puedes repetir? perdona pero el ruido del tráfico no me ha dejado oir lo que decías.